Autos

Haroldo González retomó el estilo historietístico en pinturas de jocosa hilaridad sobre las andanzas de un auto que se transforma al final en corazón en el año 1987, en una dialéctica de elementos ondulantes, curvas entrantes y salientes de tierno lirismo.

“Vuelve a exponer, después de más de diez años, Había desarrollado un convincente trabajo conceptual, atento a nuestra problemática de fines de los sesenta, a través de pinturas y dibujos precisos y sintéticos, de audiovisuales y publicaciones. Define en sus propuestas actuales -de una serie iniciada en el 84- una poética visual, en la que mantiene su rigor y su poder de síntesis, para narrarnos, en amplios campos de color, pigmentos acrílicos trabajados a pincel, las vicisitudes de un automóvil, que puede volverse un corazón, sobre accidentadas carreteras” (Olga Larnaudie, Haroldo González, Pintura, El Popular, octubre 25 de 1987).

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“Lo único que llama la atención de estas obras es la impecabilidad técnica de su formulación. Haroldo González logra a mano y con pincel, una esmerada superficie que parece una impecable serigrafía. Es, empero, el inicio de una nueva serie de este artista y un bienvenido reencuentro con el medio artístico uruguayo, luego de años de ausencia” (Alicia Haber, Lo destacado, El País, noviembre 15 de 1987).